La División de Investigación, Evaluación y Estadística (DIEE) celebró 20 años de trayectoria ininterrumpida con un encuentro que reunió a su equipo de trabajo y a especialistas que dejaron su huella a lo largo de dos décadas. Los expositores valoraron los aportes, la evolución y realizaron una puesta a punto de los desafíos.
La educadora Edith Moraes, quien en el pasado ocupó cargos de dirección en Primaria y en Formación en Educación y se desempeñó como subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura, ofreció unas sentidas palabras de reconocimiento en la apertura de la celebración.
“Es un honor conmemorar con ustedes estos 20 años de la DIEE. Es una gran alegría porque las vivencias afloran, están, se recuerdan y también es una sorpresa porque no sabía que estaría sentada en esta silla. Todo esto vale la pena”, expresó.
Moraes destacó el crecimiento de la División a lo largo de los años y el avance en la digitalización de los procesos. En este sentido, indicó que en los comienzos, “no estábamos muy acostumbrados a trabajar con esto de los datos para la construcción de lineamientos de política educativa”.
“Medíamos los aprendizajes por el índice de repetición, pues no. Fue difícil, pero se cambió. El aprendizaje se mide como proceso de aprendizaje. La repetición era un indicador, pero no necesariamente nos estaba dando cuenta real de los aprendizajes”, afirmó.
Por su parte, el director ejecutivo de Políticas Ejecutivas, Antonio Romano, celebró que en la actualidad la sociedad tiene la posibilidad de discutir de manera pedagógica sobre la evaluación. “Como sistema educativo nos merecemos generar estos espacios de debate e intercambio y de poner en cuestión nuestras maneras de hacer. En este sentido, más que bienvenidos estos 20 años de esta División, que logró institucionalizar dentro del propio sistema educativo la investigación sistemática, en un ámbito en el que resulta bastante difícil que esto se pueda desarrollar”.
Romano aludió a la necesidad de volver a dotar de recursos a una política que promueva la realización de concursos. “Es un desafío poder recomponer presupuestalmente también la existencia de equipos financiados y que puedan concursar para acceder a los cargos”, planteó.
Más adelante, dio cuenta del carácter precursor de esta oficina, que posteriormente habilitó la creación del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, “que significó para la historia de nuestro país un mojón muy importante en esto de jerarquizar desde la política pública el lugar de la evaluación”.
También destacó la producción de nuevos instrumentos de evaluación que contribuyen al diálogo con el resto de América Latina, y “que nos permitieron alcanzar avances, por ejemplo, en la creación de un Acredita Bachillerato, luego de la experiencia exitosa de Acredita CB. Estos nuevos equipos han logrado producir estos nuevos instrumentos que van incorporando a la política educativa nuevas respuestas a los problemas que se van planteando”.
Para Romano, estas evaluaciones aportan insumos que permiten repensar la política curricular, que a su entender no siempre se vincula con estas herramientas.
Con respecto al aniversario manifestó: “Esto fue posible por los equipos, por todos los que de alguna manera están presentes aquí, compañeras y compañeros que contribuyeron a que esto que eran ideas fueran materializándose, puedan proyectarse y hoy tengamos la posibilidad de pensar en 20 años para 20 años más”.
La consejera del Consejo Directivo Central, Elbia Pereira, reconoció el trabajo sostenido del equipo y los principales logros conquistados por la DIEE.
“A los que hoy nos toca tomar decisiones desde otro lugar de responsabilidad, quiero transmitirles lo que sentimos, cuando su aporte es tan confiable que nos facilita la tarea. No es un trabajo de dos días, ni de tres: son 20 años en el transcurso de una institucionalidad como lo es la ANEP y cada uno de los subsistemas. Cuando valoramos a través de sus propias experiencias los 20 años vividos, podemos dimensionar cuál fue el aporte de la DIEE hacia las políticas educativas y por qué hacerlo desde ese lugar”, reflexionó.
Pereira afirmó que las políticas educativas se construyen en colectivo. “Si alguien entiende que tiene la verdad revelada, este no es el espacio donde debiera estar”.
“Un abrazo a cada uno y cada una de ustedes, reconociendo lo que hacen, reconociendo donde están, y su aporte a la construcción de esta política. Vamos a tener muchos temas para seguir conversando”, concluyó.

Cultura colaborativa
Andrés Peri, director sectorial de Planificación Educativa de la ANEP, inició su presentación indicando: “Ser una unidad técnica de la ANEP con el cometido de aportar información sustantiva para el monitoreo y evaluación de los objetivos educativos no es fácil, ya que supone articular demandas políticas con saber técnico, o sea lidiar con las tensiones, como diría Weber, entre el político y el científico”.
Peri valoró que la trayectoria continua de 20 años “solo se explica por el trabajo profesional y de calidad que ha hecho la DIEE y por comprender la distinción entre estos dos ámbitos. Se requiere estar cerca de la política para ser relevante, pero nunca caer en la tentación de hacer política. Mantener esa independencia, a pesar de estar dentro de planeamiento educativo, ha sido una de las fortalezas”.
Luego señaló que la División nació a partir de tres acumulados. En primer lugar, del trabajo de la UMRE, pionera en la evaluación de aprendizajes; en segundo lugar, del Programa de Apoyo a la Gestión, también desde MEMFOD, y “esa acumulación de tres saberes, fue lo que al principio creó, gracias al trabajo de Martín Pasturino dentro de Planeamiento, lo que fue la Gerencia de Investigación y Evaluación que luego pasaron a ser todas Direcciones o Divisiones”.
“Hubo mucha gente que pasó por la DIEE. Había una cultura de colaboración y de transmisión de conocimiento de una generación a otra. Yo aprendí mucho de la gente anterior, mucha gente me enseñó y me fue formando”, resaltó.
Peri indicó que una de las cualidades de la División radica en su capacidad de poner el énfasis en desarrollar herramientas para el trabajo docente, “sobre todo porque cuando discontinuamos las evaluaciones nacionales de aprendizaje y le transferimos esa responsabilidad al Ineed, nos focalizamos en las evaluaciones formativas. Y siempre pensamos las evaluaciones como una palanca para la mejora de los aprendizajes, porque permitíamos la devolución de resultados en tiempo real, tanto en las formativas como en las adaptativas”.
Asimismo, hizo hincapié en que la DIEE acompañó las prioridades de las distintas administraciones sin perder su independencia técnica, preservando celosamente su calidad y rigurosidad.
Como desafíos a futuro, planteó que sería deseable conformar un sistema nacional de evaluación que articule las capacidades técnicas que tiene la ANEP con las capacidades del Ineed.

Instrumentos de aprendizaje
El coordinador del Departamento de Evaluación de los Aprendizajes, Adrián Silveira, destacó que desde los inicios existe la voluntad de reformulación y vocación en pos de generar instrumentos de utilidad, formativos y apropiados para el aula.
“En la agenda reciente de los últimos 5 o 6 años empezamos a desarrollar algunos instrumentos que tienen una vocación un poco diferente de lo que solemos hacer. Durante estos 20 años hemos generado instrumentos orientados al sistema educativo, para los docentes y para los decisores de políticas, siempre hemos tenido esa vocación”, indicó.
No obstante, Silveira celebró que en el último tiempo, la DIEE también desarrolló herramientas orientadas a los ciudadanos que están por fuera del sistema educativo, “lo que nos ha llevado a transitar caminos que no eran los que solíamos recorrer y eso nos desafía desde un lugar distinto que tiene que ver con vincularnos con población que es adulta, que no está en el sistema educativo y que no tiene las preocupaciones que solíamos tener cuando empezamos a realizar evaluaciones de aprendizaje”.
Por otro lado, Laura Noboa, coordinadora del programa PISA en Uruguay, reconoció el trabajo de la DIEE como un espacio de desarrollo de conocimiento e información, destacado tanto en el ámbito académico como en el plano social. “La DIEE ha sido históricamente un espacio de trabajo serio, técnico y los equipos técnicos somos buenos”.
En relación al aporte de las evaluaciones internacionales, resaltó la posibilidad de acceder a una mirada comparada foránea y a lo largo del tiempo. “PISA ha acompañado estos 20 años de la DIEE. En la primera edición participaron 41 países y economías y, en la actualidad, son más de 90, lo que nos da la posibilidad de tener un espacio importante de formación de los equipos técnicos, docentes y no docentes, en procesos de capacitación, de protocolos, desarrollos y evaluaciones que luego aplicamos en las evaluaciones nacionales que venimos desarrollando”.
Luego se preguntó cuáles han sido las contribuciones de PISA a lo largo de estos 20 años. “Pudimos ver por ejemplo cómo mantuvimos los logros en general con oscilaciones en las distintas áreas que PISA evalúa, acompañándose de una creciente cobertura cada vez más universal de lo que es la educación de estudiantes de 15 años, desde un 2003 con tres cuartas partes de los chiquilines de 15 años escolarizados en educación Media, a más del 90% en 2022, y que ya son más aún en 2025”.

Monitor Educativo
Tania Biramontes, investigadora de la División de Investigación y Estadística Educativa, centró su presentación en la evolución del Monitor Educativo de Primaria.
"El Monitor siempre tuvo un espíritu de no solamente generar estadísticas a nivel agregado sino a distintos niveles. Por eso, además de un sistema web, generamos reportes a distintos niveles: un informe nacional del estado de situación de la educación, pero luego informes por categoría, por inspecciones y un informe por cada escuela”, señaló.
Biramontes dio cuenta que en 2005 se registraron 46.000 nacimientos en Uruguay, con 400.000 estudiantes matriculados en las escuelas. El tamaño medio de grupo era de 27 y la repetición de primero a sexto era de 8, mientras que la repetición de primero duplicaba ese valor.
Además, recordó que en sus comienzos la información se recogía en los centros a través del diario de matrícula y de los formularios que se enviaban a las escuelas, que eran devueltos en un CD y esa información no era pública. Cada inspector tenía su clave, podía ver los datos de su escuela, lo mismo con cada escuela, siempre con parámetros de comparación propia pero no con otras escuelas.
“En 2009, se elaboró el primer manual de indicadores. En la segunda década la matrícula disminuyó, y el tamaño medio de grupo se achicó de 27 a 24. La repetición bajó pero seguía en valores altos”, indicó.
En 2012 la información en vez de reportarse a través de los CD, comenzó a enviarse a través de una consulta web y, a partir de 2014, la información se tomó directamente de GURÍ.
En 2011 apareció SigANEP, una plataforma orientada a la población que exhibe la oferta educativa en todo el territorio.
Por último, Biramontes destacó la evolución y afirmó que “hubo un giro de tuerca en cómo se construye la información”.
Demandas y continuidades
Por su parte, el referente del Departamento de Investigación y Estadística Educativa, Santiago Cardozo, se enfocó en la consolidación de una tradición de investigación sobre las trayectorias. “Estos estudios han implicado un creciente interés y una creciente posibilidad por la mayor disponibilidad de buenos datos a nivel del sistema educativo de salir de una mirada más estática que nos aportan los estudios anuales, más que salir, complementar eso con la mirada de procesos”, explicó.
Cardozo precisó que los estudios de trayectorias apuntan a poner el foco en una mirada al proceso. “No se fijan tanto en lo que saben los de tercero, sino qué hacen con lo que saben y cómo les ayuda, les brinda oportunidades o les aporta riesgos en su continuidad educativa”.
En relación a las tareas pendientes y desafíos, señaló que es necesario continuar centrándose en desarrollar investigaciones, estudios y recortes vinculados a sistemas de información o de evaluaciones de aprendizaje que sean relevantes para las personas que toman decisiones y que nos demandan.
“Al mismo tiempo, pienso en la necesaria continuidad de sostener estudios, sistemas de información y evaluaciones que monitoreen temas de equidad, de calidad de los aprendizajes, de progresión y egreso. Alcanzar un equilibrio entre responder a la demanda, pero dejar la otra pata que son procesos mucho más largos. Ahí tenemos a la interna un desafío bien importante”, manifestó.
Por otro lado, sostuvo que también presenta desafíos la articulación de la DIEE hacia adentro y hacia afuera. Tenemos dos grandes áreas, una vinculada a la evaluación de aprendizajes y a evaluaciones internacionales, y esta otra más vinculada a estudios y estadísticas, y también la articulación hacia afuera”.
Como último reto, mencionó la importancia de cómo comunicar y difundir. “Tenemos la obligación y el mandato de comunicar a la ciudadanía, en el sentido de una rendición de cuentas públicas, ya que el conocimiento que producimos se sustenta en recursos públicos”, subrayó.
Tradición colectiva
Alberto Villagran, investigador de la Dirección Sectorial de Planificación Educativa, realizó un repaso a los censos docentes realizados en 2007 y 2018.
“La esencia de la DIEE tiene que ver con los procesos de trabajo. En el censo de 2007 el proceso de trabajo fue muy complejo y requirió de la participación de muchas personas. Ese trabajo implicó también la contratación de un montón de becarios que participaron del proceso. Estuvimos encerrados en el IPES durante meses”, recordó.
Asimismo, destacó que en el Censo de 2018, el uso de las tecnologías digitales permitió procesar la información de los centros educativos de manera online, lo que posibilitó que los técnicos se enfocaran de manera más puntual en otras etapas del proceso.
Por último, Federico Rodríguez, director de la División de Investigación, Evaluación y Estadística, transmitió su agradecimiento a quienes conforman la DIEE, y recordó su trabajo en la primera época de la oficina. “La vi crecer, la vi armarla, desarrollarse y consolidarse. Me fui y volví. Esta vuelta fue muy emotiva, de mucho compromiso y con muchas ganas de aportar algo, muy en la línea de recuperar procesos de trabajo, consolidarlos y comenzar a trabajar con los equipos. Para mí eso forma parte de la agenda de mirar hacia el futuro y tratar de recuperar un poco esta tradición”.
Rodríguez reflexionó acerca del futuro de la DIEE y manifestó que aspira a mejorar la articulación tanto de la DEPE como la DEGI y sus oficinas, “intentando generar sinergias de laburo en esto de cómo jugar con la demanda y la consolidación de líneas de trabajo, y apostar a la información para la toma de decisiones. Información y valoración crítica y, al mismo tiempo informada, para que sean elementos clave en la toma de decisiones”.
En relación al trabajo conjunto, también transmitió que espera profundizar el trabajo con Ceibal e Ineed. También manifestó su deseo de continuar generando convenios con instituciones que enriquezcan a la DIEE, como la Udelar. Asimismo, apuntará a la consolidación de la estructura de recursos humanos.
“Creo que es un lindo desafío, agradecer a todos ellos y todos ustedes que formaron parte de esto y que ayudaron a armar esta linda oficina. Y feliz cumpleaños”, concluyó.
